ONU
Résumé: Ningún lugar está exento de delitos, violencia y victimización, una realidad que puede conducir a situaciones como las siguientes: países con elevados porcentajes de jóvenes que mueren antes de hacerse adultos; sociedades con familias que han perdido a alguno de los suyos o tienen miembros en prisión, que viven en la pobreza y sin acceso a ayudas o fuentes legítimas de ingresos; barrios donde se producen guerras entre bandas o donde parece haber escasa protección y seguridad públicas; mujeres sometidas a violencia doméstica o que corren el riesgo de sufrir agresiones sexuales en espacios públicos; barrios cuyos niveles de criminalidad e inseguridad han hecho que los comercios y las familias se aíslen de los demás ciudadanos y la vida pública resguardándose tras rejas y medidas de seguridad privada; y migrantes y grupos minoritarios que viven en áreas deterioradas y aisladas o asentamientos improvisados y son objeto de acoso racista y victimización.
Todos los países se esfuerzan por garantizar la seguridad de sus ciudadanos y mejorar su calidad de vida. En las Directrices para la prevención del delito elaboradas por las Naciones Unidas cristalizan y se recogen años de experiencia y pruebas destinadas a responder a estos problemas. Estas experiencias demuestran que los países pueden construir comunidades más seguras adoptando enfoques prácticos y concretos, muy diferentes y menos costosos que las reacciones y respuestas represivas y disuasorias.