Résumé: El pasado 25 de mayo, George Floyd, ciudadano estadounidense, murió por asfixia provocada por el oficial Derek Chauvin, quien tras esposarlo y ponerlo boca abajo con la ayuda de los oficiales Thomas Lane y J. Alexander Kueng, presionó al arrestado contra el pavimento con su rodilla apoyada sobre el cuello de la víctima durante más de ocho minutos. Floyd, mientras era retenido, repitió varias veces la frase ‘I can’t breathe’ (en español, “No puedo respirar”). Este suceso fue grabado con los teléfonos móviles de los presentes y difundido en diversas redes sociales. Los oficiales involucrados fueron despedidos al día siguiente.
Según los medios, Floyd fue arrestado por intentar hacer una compra con un billete falso de 20 dólares en una tienda de comestibles. La furia de millones de estadounidenses tras la sensible muerte de George Floyd en manos de un policía de Minneapolis, ha sobrepasado la capacidad de la seguridad en Estados Unidos.
Aunado a la muerte de Floyd, el grupo de ciberactivistas, Anonymous, sacó a la luz documentos de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, en donde se le involucra con la red de tráfico de menores de Jeffrey Epstein, además de evidenciar que abusó sexualmente de varios menores de edad, señaló el portal AS USA.
Ante esto, la ira de los protestantes se encendió más y procedieron a atacar directamente la Casa Blanca, por lo que Trump fue llevado por el Servicio de Seguridad a un búnker del recinto en Washington D.C., la información fue confirmada posteriormente por The New York Times y CNN.
El grupo de hackers activistas, Anonymous, regresó después de tres años de inactividad para alzar la voz por George Floyd, desafiando a las autoridades de Estados Unidos, pues, si no se hace justicia por su muerte, entonces éstos seguirán revelando varios secretos y crímenes que se tienen guardados en bases de datos, tal y como sucedió con lo de Donald Trump y Jeffrey Epstein.